Al cumplirse 20 años de los sucesos del 4 de febrero de 1992, fecha en la que ocurrió el alzamiento cívico-militar contra el viejo modelo de la rancia democracia burguesa representada por el presidente Carlos Andrés Pérez, del partido Acción Democrática, quien dirigía al país bajo las directrices del recetario del Fondo Monetario Internacional (FMI); para el actual primer vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), Aristóbulo Istúriz, son muchos los logros obtenidos no solo para Venezuela sino para el mundo.
Hoy existe una luz en medio de la profunda crisis económica y social que vive el planeta y esa es Latinoamérica, con Venezuela a la cabeza, que despunta como garante de un proceso de cambio en que los movimientos sociales juegan un papel protagónico, con pueblos que participan activamente en la construcción de una sociedad más justa, amparados por un territorio de paz, explica el parlamentario.
Mientras en otros países considerados como desarrollados, los derechos de los ciudadanos se reducen, aquí cada día crece la inversión social; mientras en otras naciones se desintegran los pueblos, aquí vivimos procesos de integración garantizados por la Revolución bolivariana, bajo el mando del Presidente Hugo Chávez. Es por ello las constantes amenazas imperialistas, porque con más conciencia política y más organización social, siempre existirán más amenazas para destruirlas, afirmó el parlamentario.
"El Caracazo" fue la chispa de la Revolución
El Caracazo representó el punto de quiebre en la capacidad de aguante de las masas ante la explotación y la burla de los intereses capitalistas internacionales y sus aliados venezolanos.
Los días 27 y 28 de febrero de 1989 los pobres de Venezuela no soportaron más, y lanzándose a las calles de todo el país protestaron enérgicamente contra un Gobierno demócrata a medias, carismático pero demagogo en toda la extensión de la palabra, siendo su mandato contradictoriamente opuesto a las necesidades de la mayoría que lo llevara al poder.
Histórica sesión en el Congreso
Para el 4 de febrero de 1992, Aristóbulo Istúriz , quien en la actualidad es un importante dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y ha desempeñado diversos cargos en el Gabinete ministerial del Gobierno bolivariano, fungía como diputado suplente -poco conocido por la mayoría de la población- por el partido político La Causa R, y como un activo dirigente magisterial que luchaba por los derechos de los trabajadores.
"En ese momento yo era parlamentario y militante de La Causa R, que estaba de alguna manera comprometida con los sucesos que posteriormente ocurrirían el 4 de febrero. Habían dos posiciones en el seno del partido, una era no acompañar estos acontecimientos, porque la dirección había tomado la posición mayoritaria de romper con Chávez y el movimiento cívico-militar MBR 200, argumentando que la presencia del grupo Bandera Roja era inconveniente porque estaba muy infiltrado por los cuerpos del seguridad del Estado", relató el parlamentario.
"Por otro lado existía un enlace con el MBR 200 que no notificó la decisión y se mantuvo en contacto con Chávez y su grupo."
En aquel momento histórico para nuestro país, que daría a conocer ante el mundo entero a un joven comandante sublevado de apellido Chávez, en una memorable aparición televisiva ordenando la deposición de las armas y anunciando que las metas no se habían alcanzado "POR AHORA"; se realizó de emergencia una sesión extraordinaria Bicameral en el Palacio Legislativo en la ciudad de Caracas, en la que el diputado Istúriz hizo una intervención fundamental ante un Congreso que intentaba aprobar, sin debatir, el decreto presidencial que suspendería las garantías constitucionales y un acuerdo político que culpaba sin pruebas a los rebeldes alzados de querer cometer magnicidio.
"El dia de los hechos vine al Congreso de aquel entonces, en el que inmediatamente se creó una comisión de mesa para saber la posición del Poder Legislativo, la mayoría impuso quien debía hablar y por más que se discutió no se me incorporó en el derecho de palabra. Cuando se instala la reunión, sorpresivamente llegó el expresidente Rafael Caldera y aunque no estaba en la lista le dieron el derecho de palabra, así que yo pedí lo mismo y accedieron."
Durante la sesión el pueblo quedó representado en el Congreso por Aristóbulo Istúriz, quién se negó a otorgarle poderes al presidente adeco para arremeter contra los ciudadanos con una profunda y brillante intervención en la que hizo un llamado a la reflexión ante los motivos que reflejaron un inexistente apoyo popular que no pudo ocultar la dirigencia política de aquel entonces, en contraste con el apoyo que recibió el alzamiento cívico militar.
En esa histórica sesión salieron a la luz intervenciones iracundas y facistas como la sentencia a muerte a los rebeldes hecha por el senador adeco David Morales Bello; mientras en sitios como Valencia, en el estado Carabobo, estudiantes civiles marchaban en apoyo al golpe cívico militar.
"Quienes estaban contra el pueblo se reflejaron en esa consigna de muerte, que reunió en ese momento a todos los sectores antipueblo, porque nunca se fue al fondo de los hechos que originaron lo ocurrido. Hubo una claridad desde el punto de vista de la confrontación de clases, el pueblo acompañó la inserrucción por una razón: porque la democracia intentaba restaurar el viejo concepto de la oligarquía de libertades y derechos políticos civiles sin tomar en cuenta los derechos sociales y económicos. Con un concepto restringido de la democracia, que en nombre de supuestas libertades facilitaría la acumulación capitalista, aumentado la riqueza de las minorías, con más pobres y excluidos, esencia del capitalismo", afirmó.
La intervención de Isturiz, junto con algunas otras, permitió transformar la derrota del movimiento cívico militar en una victoria política y social, que dio aliento a un pueblo que se encontraba desesperanzado e indignado ante un sistema neoliberal que lo asfixiaba.
Derrumbe de la democracia burguesa y representativa
Para el parlamentario, lo que dejó claro el 27 de febrero de 1989 y posteriormente el 4 de febrero de 1992, fue el derrumbe total del modelo de la democracia burguesa y representativa que se instauró luego del 23 de enero de 1958, con la implantación del Pacto de Punto Fijo que duro 40 años y demostró su fracaso.
En opinión de Istúriz, cuando se ve a la oposición venezolana de aquel entonces y la de ahora, resaltan sectores que- aún cuando tienen diferencias- siempre tratan de restaurar viejos modelos y obedecer los intereses del Imperio, sus políticas no son autónomas y solo buscan recuperar los espacios perdidos a cualquier costo.
"Por eso el presidente de la República, Hugo Chávez, después del 4 de febrero tomó como bandera la convocatoria para la instauración de una Constituyente, porque sabia que nadie quería esa democracia que se derrumbaba; quiso construir en paz un nuevo modelo de sociedad, por eso la convocatoria tuvo sentido y respaldo con una participación masiva. De allí salió una Constitución decidida por el pueblo, con la participación de todos los sectores de la sociedad", destacó.
"La Constitución se convirtió en el modelo de país que querían todos los venezolanos, a partir de allí nace la Revolución bolivariana que estamos viviendo hoy, como producto de un proceso histórico en el que se encuentra resaltado el 4 de febrero de 1992."
blog 27,28,29 de febrero
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